En mi casa todos sueñan. Ese todo abarca más que las personas que viven aquí, incluye a los animales que viven con nosotros, y quién sabe, quizás hasta las plantas. Lo digo porque acabo de escuchar a mi perro llorar, es un gimoteo raro, detrás de la puerta de mi cuarto. Y sé que es un sueño, ya lo he comprobado antes. Me provoca salir y decirle, 'es solo un sueño pero sigue llorando tranquilo que a veces es necesario'. Si alguna vez, en mi sueño lloro, me gustaría que me consuelen, pero no sé por qué no lo hago ahora con mi perro. Mi gata, casi sincronizadamente a mi perro se puso a estirarse como quien quiere volar y luego de ligeros temblores, comenzó a hacer gestos y alargó la barbilla como para que le aterrice una caricia.
De repente todos sueñan a la vez en esta casa. Ahora ando sentado, no puedo dormir. Yo sueño mucho cuando estoy despierto, pero me dicen que dormido también. Claro que también me gusta ser bien realista, violentamente realista; por eso, probablemente muchos de mis sueños nunca serán vistos por otros ojos. Me consuela pensar que yo tampoco puedo ver los sueños de mi gata y de mi perro. Ellos son personas domesticadas, que no comparten sus sueños, yo soy un animal salvaje que gusta escribir o dibujar de vez en cuando esas imágenes grotescas que me nacen en la cabeza. Y hacerlo con mucha pasión, que supongo que es de donde nacen estas cosas que me salen tanto. Pero es tanto que sé que no podré. No puedo parar. De repente solo es cosa de escoger lo más importante. De dejar de ser un salvaje y ser un gato y temblar y dejar que me miren temblar y estirar la barbilla y dejar que unos dedos se posen.
Este ambiente está cargado de sueños. Rotos y astillados. En los animales se evidencia en la abundante pelusa que dejan a diario y que me encargo de barrer. Pero ¿en las personas? Todos estos mis sueños yo los colecciono. Me intriga saber qué pasa con los que se me escapan, y los que se le escapan a las personas que viven acá.
¿Qué sucede con los sueños que no se guardan ni en la memoria? Yo diría que eso hace que se deterioren las cosas y se mantengan así. En cambio, los sueños realizados embellecen el espíritu. Casi siempre que puedo trato de caminar por los filitos de las autopistas, porque alguna vez soñé con ser equilibrista, y también con andar al costado de los carros y evadirlos. Así, por ejemplo. Y más. Cuando puedo le toco la nariz a alguien. Cuando puedo bailo tango con mi madre sin saber lo que hacemos. Cuando puedo me quedo mirando algo mucho rato hasta pensar un poco en las personas que lo hicieron y se lo digo a alguien. Cuando puedo me tiro en la bicicleta por pendientes suicidas para ver de una vez por todas si ya es hora de irse de aquí. Pero también, muchos sueños ignorados me están envejeciendo. Espero encontrar una solución.Y que tú, almohada, no te sacudas mis sueños nunca. Quédate con ellos, de repente alguien un día se acueste ahí y pueda verlos. De repente algún día, almohada, tendrás una almohada roja debajo y serás la ensoñadora, y tendrás un letrerito que diga: échese aquí para soñar.
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