8.2.12

Jugué

Qué será que ya no se te puede jugar
que de pronto hay que tratarte como alguien más
que ya no existen juegos, ni lenguaje en ficción
que ya no hay riegos de emoción

Y uno que insiste y llega con su manguera
queriendo mantener el juego de la misma manera
pero juega con la indisposición oscura
de esa mirada esquiva y dura

Y hay cierta presión dañina en mis historias
algo como una costumbre en angustia
desfalleciente, que solo empapa
que se da cuenta que ya no refresca ni atrapa

Y esas emociones son charcos molestos.
Probablemente me odies
como una cebra presa de su emoción
en su traje a rayas

Al verse reflejada en su propio abrevadero
Y ver atrás un caballo ensillado que quiere correr.
Si me miraras a los ojos, en un afán verdadero
Si alguna vez las cosas pudieran ser de verdad

No sería un juguete usado
ni un engaño engastado en la piel
no sería una emoción desechable
ni una fuente amable de placer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario