5.8.12

La liviana eclosión de las azucenas en la sala
su fina escarcha envuelta en un frágil aroma
de blancura que me revienta en el pecho
me provoca me descoloca y me atrapa
Y las quiero como una caricia en los dedos
queriendo infinitamente por unos segundos
¿Por qué las personas acojinarán sus mentes
en quereres absolutos a seres no impolutos?
Acaso no se puede querer a una persona
igual que querer el viento en la cara y en el pelo
y dedicarle una sonrisa de barco inmenso
¿es tan difícil creer en un querer tan sencillo
tal el disfrute de una chirimoya en un almuerzo
de sonrisa soleada espontánea y volátil?
No es mentira ni es imperfecta sino es regalo
son del amor sus bocadillos envueltos
sus frutos regados por la vida
para que uno desenvuelva sentimientos
similares a los que brotan de los ojos
al ver una flor hermosa en un descanso
con la sonrisa prendida y los ojos destapados
¿Querer a una personas así es un pecado?
Disfrutarla de poquitos incomprensibles
¿No es mejor así? en gajos saboreados
e irresponsables a que el intragable
querer de boa constrictora nos cague meses
lo que se come desprevenida y sin educación
Prefiero querer en gajos pulposos
como comiendo mandarinas despreocupado
o morderle los labios a las sandias como niño
a pretender que me como la cáscara
Las personas no serán ni cosas ni frutas ni viento
pero uno igual se satisface en su aliento
y así sea mal visto también es utilitario
así sea lo correcto es una mentira
pero el cinismo disfraza y no confiesa
es inútil querer por completo a una persona
desde la raíz enlodada hasta los pistilos su aroma
Y aún así uno lo imagina y lo piensa cojudo
en su gran jijuna disfrazada de abrazo
sin ver los defectos de querer entero y sin chistar
lo maloliente lo deforme lo inconcluso
¡ay carajo! la podredumbre que hiede luego
como a estas azucenas marchitándose
hasta hace días las había querido tanto
y tan perfectamente y sin preguntas
como no he querido a nadie nunca
Estas azucenas brotando al lado provocan
acariciarse con sus pétalos la sonrisa
mas no son las mismas a las que les dije te quiero
Porque no seremos las mismas flores todos los días
pero uno no lo entiende y cree que se lo dice al macetero
El querer responsable y con entrega
eso que muta hacia el amor
que brega y llora y se dedica y se disipa
quizás es una sumatoria de estos pedacitos
descuidados como brochazos al inicio de una pintura

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