12.10.11

La señora sucia de sonidos

Su oído incapaz de identificar lo que no conoce
se sienta en el marchito tiempo vacío
a tratar de comprender...

un ovillo
que se cae
en escaleras

un teclado
que está todo
apretado

las migajas
que rebotan
en el parquet

las ollas
sacudiéndose
en el agua

y un pasado
quizás inventado
que hace eco

...hilvanando sonidos inútiles
y apagados
en el tiempo
que su perro en brazos recuerda como ayer

Ésta es la imagen que recién se debe formar el que oye esto:
una señora en el frío de la vereda,
en el estrecho cobijo de un oscuro pliegue
de un edificio en una avenida de bailarinas y libidinosos

La suciedad que la cubre parece una manta
la manta que la cubre parece una costra
y las costras que la cubren parecen moverse
y el movimiento que la cubre parece engarsarze
en la mente del que se detiene tres segundos demás.

Y ese perro con el pelo apretado
color humo
y ojos que viven un incendio perpetuo
es abrazado
como nadie nunca así lo abrazaría

Un rojo enlutado por la oscuridad, para el romántico que mira las entrañas
Un frío que corta, para el caminante
Un pedazo lleno de miasmas de vida, en la vida de la gente indecente
La locura de etiqueta y el sufrimiento de envoltura, para los que quieren vender historias

Es su único amigo mira como lo abraza,
dice una amiga aleteando sus hermosas pestañas len-ta-men-te
Y nadie la oye
De lo contrario, todos, ahí,
hasta las putas y los morbosos, quedarían pasmados con la imagen.

La señora debe estar cocinando los sonidos en su mente
y no le saben a nada que recuerde.
La señora seguirá sentada en el olvido
marchitándose hasta que el sonido del viento la recuerde
y se recuerde ella de él.
Entonces se dejará llevar hacia la muerte,
luego de un estruendo de sonidos
que se caen de su mente de un solo golpe.

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