en tus vísceras
dejaría un beso
que se inmiscuya
haciendo hoyito
como si cayera
por una cazuela
a tu ombligo
¡ayayay!, qué digo
carajo, que ella
pensaría que mi lengua
se escabulliría hacia sí
y do, re, mi, dejándola en fa
caliente como el sol, en la
si es que quiere querer
mis requerimientos
se repiten, sólo déjate
pero en realidad
mi intención era dejar
ese bocado para siempre
en ese coño de canica
llámese ombligo
dígase beso
Así, ferozmente delicada era la cosa
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