Rima ingenua

Marco le puso marco a sus ojos
se subió a un barco
y enlentado, con papel y lápiz en mano
creyéndose dibujante, mirando ese largo charco
con mucho arte dibujó un arco
(la flecha la creía incrustada en el pecho)
Y así comenzó esta rima ingenua
dibujada
en un vaivén,
en un viaje hacia cualquier otro planeta
qué interesa!
Una rima sobre su corazón como chancleta
y digamos que sobre otras cosas tristes
No mal le vendrían algunos chistes
aunque la verdad es que él todavía reía. Cuando de qué había, por supuesto.

Algo andaba mal. Porque esa rima era sobre algo que él quería.
Pero curiosamente, contravenía con otros deseos. Esos que otra persona traía puestos.
Bien calzados.
Qué peor que un orgullo compartido. Enternado
que es muy gracioso que rime con entercado. No es cierto?
Para eso, seguro ya se habrá imaginado.
El bellísimo dibujo que se le iba mojando a Marco.
Deshaciéndose en ese charco. Gigante como su mano.
Mirar el cielo y verlo zarco,
medio emborronado. Lo peor era permitir que por ahí pase un anarco
y se hago el de metal.
No en ese preciso momento. Le tuve que pegar.
Y tuve que incrustar
unas cuantas palabras más aquí, solo por necesidad de escribir. Y disimular.


Marco, caminando luego de una sonrisa y un poco de cine
encontró un marco rojo, borde dorado
Oh, qué he encontrado!
pronunció emocionado.
Como para enmarcar el momento!
Anduvo feliz, Marco con su marco al hombro.
Pensando en los deseos que no se cumplen.
En ¿qué es una decisión? En lo que otra persona decide,
en el amor esquivo, en cómo será una perdiz.
Pensando en lo último estuvo feliz, lleno de tristeza
de tanta contradicción.
Intentando darle unas cuantas malditas razones a lo irracional
Ay, qué mal! Ahí se equivocó.
Se sentía bien terminando su dibujo. Y estaba claro. Aunque nada lo esté.
Se sentía bien y se sentó a tomar el té, y a terminar una rima ingenua.