20.8.12

Rubí II (Alcancía de sueños)

Rubí es una blancura liviana
que se acurruca entre la lana
del cubrecama para este frío.
Y tiene como dos gotas transparentes
gigantes sus ojos subrayados de rosa
su delicadeza, pálida muy pálida.
Rubí es mi gata, una alcancía peluda de versos
para acariciarle los reversos, la panza y las patas
y sentir cómo las caricias bullen como las palabras.
Rubí, que también llamamos Pelusa
un nombre tan usual como María, entre las mininas
es pomposa, sus pelillos de fibra delgadísima
adoptan formas de abrigos abultados
de actriz de cine, ocultando su figura delgada
que se siente cuando se aplasta en mis manos
o se duerme en mi pecho.
Debe tener en todo su cuerpo
un pelillo que de tirarse se despelusaría toda.
Las dos lagunas con las que te mira
tienen su noche y su día
y su atardecer hipnotizante.
Y justo en ese atardecer me quedé
con ella entre los brazos
estirada como si se muriera
en un apacible duermevela.
Rubí y sus maullidos delicaditos
son estos sentimientos que me riman
y me repiten, y los puedo acariciar en tu pelo
mientras pienso que yo mismo no puedo ser
un planeta tan frondoso, si mi cuerpo fuera un astro
de hecho, Rubí solo puede ser una estrella fugaz.
Últimamente me visita con frecuencia
se mete por la ventana
como deseo o un pensamiento
o la imagen de un amor que quisiera ser musa
me niego, la dejo, me olvido, la recojo
me enseña a serle indiferente
y me reclama la paradoja
...Déjame quererte
mi amor es una bestia
total mente diferente
que no sabe de retribución...
Le digo, de pronto
y me sorprenden mis palabras
Estoy cambiando, de repente
Antes era indiferente, ahora estoy aprendiendo
a aventurarme en mis emociones.
Rubí en la geografía de mi cuarto
de mi calle, de la vida
sabe que su valor se impone
y se echa a soñar donde quiera.
En eso nos parecemos quizás

[Rubí I - http://arboldeojos.blogspot.com/2011/09/desierto-de-noche.html]

2 comentarios:

  1. Si Rubí encontrara este poema rasguñaría las palabras (mismo acto de desenvolver un regalo), hasta encontrar tus manos, y en ellas, frotaría su cabeza para arrullarse en las emociones que lo dibujaron.

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